martes, 26 de julio de 2011

Recuerdo del olvido

El frío y la gente fue la excusa perfecta para saltarnos la clase. Alegando que sabíamos todo salimos a menos de veinte minutos de haber ingresado. Era muy evidente que en vez de ir a estudiar, íbamos a pasear...
Casi congelados y sentados en un banco de cemento en frente a las dos facultades mirábamos a la gente pasar entre cigarro viene, cigarro va. Dialogábamos sobre el bajón y las relaciones pasadas, sobre mi mal humor y el mismo amor. El arte y la política nunca se nos escapo. La belleza de las mujeres uniformadas, cuan bien les sentaba el verde y azul. Hasta que la vi. Es el día de hoy que no puedo ni consigo olvidarla. La simpleza con la que llevaba un sweater gris dos tallas más grande que su ella. ¡Me enamore! Proclame a todos los vientos que corrian, como si me arrebataran la vida misma. Sí, me enamore. Me enamore de su simpleza, de su soltura, de su risa, de todo lo que no conoceré.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mein Gott! Espero que verdaderamente su proclamación a los vientos presentes pueda concretarse; que pueda conocer sus cualidades y defectos para enamorarse, una vez más.
Y con cariño se lo deseo.

Atte; Un molesto Vagabundo errante.