Vendedor de sueños

Un mundo mágico te vengo a vender, sueños de todos los tipos y colores, las criaturas más fantásticas y los momentos más anhelados. Algunos pueden durar segundos, otros días, dependiendo la necesidad te ofrezco cualquiera. Colores que inunden tus sentidos, melodías que hagan desfallecer de puro placer. Corazones rotos y vendas que reúnan los pedazos. Espejos que reflejan lo que tus ojos quieren decir, voces que hablan de la realidad. Imperios que caen, desastres y pesadillas aparte. Miedos, fobias y alucinaciones. Paredes que se derriten y el valor a enfrentarlas.
Voy a vender mi alma solo para que desees comprarla, no hay mejor postor que un noble corazón sincero listo para retener. Rodando entre fulgores de grandes infiernos, se funde mi esencia melancólica y febril. No podría soportar tanto hielo, pues mi cuerpo se congela y el fuego se apaga por dentro. Susurros apasionados que buscan encender bosques con una chispa, logran acalorar tu nueva adquisición. No es costosa, ni difícil de mantener. Una chispa, y todo vuelve a renacer.

Victimarios vueltos victimas

Entre sueños, guarda secretos dichos a voces que callan cuando amanece. El vértigo interior de un beso, mueve más que cualquier golpe, que cualquier corte. Una mirada y caigo en mil abismos, con el placer de saber que no moriré. Ante las palabras que pudieron sobrar, se encuentra cuan necesarias son para simplemente afirmar, lo que con una caricia basta. 

Anoche pensé, anoche busque y recordé. Cuanto se puede destruir y volver a construir sobre los mismos cimientos algo que siempre estuvo. El corazón no dejo que las ruinas se perdieran entre tal descontrol, ira y destrucción. Mañanas, tardes, noches, ya no importa el momento porque siempre se da paso a sentir. Mares y océanos rugen la fuerza de esas palabras que guardadas cual tesoro, revuelven interiormente un vació invisible.

Cuando soy yo, cuando es algo, cuando hablo, cuando escucho, cuando toco y cuando espero. Todo ha de encontrar su lugar y el puerto seguro siempre va a estar. Gloriosas palabras que nunca pensé volver a repetir, o al menos volver a vivir.  Esta vez soy yo, y cuanta confianza me da poder serlo, poder saber que una pausa, un día o quien sabe que más, me van a tener en la orilla. 

Llaves, moldes, cerraduras, victimarios vueltos victimas, palabras y abrazos. Un sabor suave, un anhelo y esa gran satisfacción. Miradas que pertenecen, tuyas, únicas.

Paredes de luz

El frío logro unir las dos mitades del rompecabezas. Cansados de buscar, sus labios decidieron darse por vencidos y ante la falta de esperanza, descubrieron el camino.
En el solitario piso, las luces de una pared resplandecieron. Cuanto más podría alegrar que un robo despiadado al interior. Sabanas de inigualables colores adornadas con tanto calor lograron calmar el desangro de una herida mayor. -Me estoy muriendo. -No, solo es tu corazón. Dijo, un beso y se ausento.
Puertas que no llevan a ningún lugar y un clamor de auxilio se desvanece por el corredor. Encuentra un pañuelo negro, finalmente llego. El verano termino, y con él las aventuras de horas viajadas con el imparable impulso de otra voz, de una esperanza y un dejo de intuición.

Busco

Busco algo que me haga bien, algo que sacie mi apetito y calme mi sed.
Busco una luna que renueve mi interior, pero cada día más miedo me da enfrentar el exterior.
El refugio de cada día se encuentre en un recuerdo fallido que atormenta de sol a sol.
Cuanta musa se cruzo, anhele que fuese igual a la que en penumbras me dejo. Orgullosa me sentiría de al menos haber logrado marcar a fuego una huella en ese duro armazón.
No voy a desaparecer, quedate tranqui, dijo por última vez y entre las nubes de tormenta desapareció.

Cuentos de fuego

Oye resonar la canción del viento plagada del humo enviciado de algunas noches que nunca acaban. Pateando al costado del frío invernal que te sale de adentro con cada último aliento. Engañan los mortales suspiros en una ida y vuelta de pasión. El hada despego, se fue por la ventana y nunca más volvió. Los cuentos de fuego, espinas y sustancias se murieron a manos de la fría realidad.
Rompemos el esquema de una realidad difusa en la cuna de nuestra dualidad incompatible. Me rechaza, te rechazo pero volver es tan fácil como tener ganas de buscar algo más. Enviciados los ojos que te ven y un poco más los labios que te rozan.
Amaneceres desbocaos y penas de algo de dolor encerrado en una botellita de cristal. Como me retumba una y otra vez el pecho debajo de tanta lluvia, estupefacta por el sonido de amaneceres en vela. Quemados un poco por el sol, me deja sin voz. Cuantas veces vamos a salir a buscar lo que perdimos en las calles interminables de cuanta muralla nos tumbamos.
Un cigarro más, dejame algo de libertad que te voy a regalar. Te cuento cuentos de algo llamado desamor y nos volcamos dentro de el quilombo de esta habitación.