jueves, 24 de noviembre de 2011

Síndrome de la cama vacía

Volver a encontrar una cama vacía saca las ganas de acunarme bajo el manto de morfeo. Las ganas de un nuevo comenzar. Espera porque no voy a dar más. Y quiero más. Hasta no tocar fondo no me pienso bajar. Busco más, tengo y necesito, dame.
Escuchar el murmullo de la soledad. El sol rescata después del alba. Cuando siempre prefiero la lluvia que empapa el alma.
Y sí, se va consumiendo la carne.
Ya no hay sangre, ya no hay dolor, ya no hay de esa sensación. Ahora no hay nada, eso es peor.

Noches

Y cómo puede ser que algo así este pasando. Acaso tu bestial ego se acobardo ante algo que no puedas manejar? La cobardía es lo que te puede. Cualquier ínfima razón para escapar de algo que buscas. Todas son posibles excusas. Todos los complejos son validos y si no sirven, se crean nuevos. Todo con tal de escapar y sumirte nuevamente en la soledad de un pozo profundo y oscuro que día a día te consume las pocas ganas.
Momento! Acaso esto no es peor que el pozo? Todas las noches la caída es peor.
Cuentan una historia donde un minuto valía por mil caídas. Esa es tu historia y ni te digo si son cinco minutos. El ser humano puede ser tan masoquista y estúpido como para dejarse matar tantas veces por ratos de felicidad, de no soledad. Si diría que es tu compañía la que a veces me salva, sería demasiado tarde.

martes, 22 de noviembre de 2011

Mejor no hablar

Esa risa nerviosa que aparece en sus labios algunas veces, enloquecen al punto del odio.
Dependiendo el tiempo y la hora, podría cavar la fosa. Cuando termine va a dejar de sangrar y volará.
Y siempre odio, siempre deseo escapar. (te)
Desdibujando margenes entre la camaradería del rededor. Entre miradas se debaten cuestiones y con gestos declaran su guerra. Asfixiando a la voz del otro yo alejan los pensamientos de un foco mayor.
Hundidos en los mares de cemento se desgastan los cuerpos posando cual foto de revista. En el interior de las sombras de su cara se delimitan cual finos rasgos que mueren en un haz de luz.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Octubre

Cuando todos los escudos caen, se puede ver la realidad de un musculo desgarrado. Llamando meses o incluso nombres, cada dolor tiene su causa y explicación. Que sería de mi sin ese cálido septiembre, o ese agradable octubre. Podría vivir tranquila sin mi noviembre, pero no quiero arriesgarme a que estas heridas se infecten.
Si tus caricias no hicieran más que daño, si no fuera tan adictivo tu calor, si no, si no hubiera razón tranquilamente ya la hubiera perdido por esas pequeñas cosas que a veces sos.
Así como Octubre se va dejando un fuerte apretón resentido de dolor, aunque hubiera querido que durara hasta noviembre, ya esta. Cuando no encuentre explicación, cuando siga buscando ese calor, cuando no tenga a donde ir, ahí voy a pensar en vos.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Perfume

Pasaba por una galería de conquistas urbanas, cuando te vi. Todavía no era el primer día, pero cuasi parece volver a ser un momento en el que nunca reconocí lo que realmente podría haber visto.
Incluso aunque lo intentase, demasiadas son las heridas como para tener una entrada magistral. Cada temporada que pasa se vuelve todo más seco y ya no hay vuelta atrás. Se te encapsula cada vez en una jaula más pequeña y se te acaban las esperanzas de salir. Cada vez salen más, pero logran menos.
Si un corazón tiene perdidas, nunca lo vas a poder llenar. Cada cuchillazo deja una herida más. Como humo se expande tu recuerdo y bye bye. Ya no más.