viernes, 11 de mayo de 2012

Damita

Soñarse morir cada noche a manos de la dura indiferencia que atrae tan insignificante presencia ante es resto. Cansancios que destierran las ganas de andar, el deseo de caminar ¿Cuales pueden ser las penas que ahogan tu corazón pequeña damita de cristal? Tus mariposas vuelan y dan vueltas alrededor de la primavera infinita, la misma del corazón. No dejes que el tierno musculo se hiele en una perdida de razón encerrándote en el caparazón. Yo te busco infinitamente, ante las montañas que no se mueven a menos que les de un poco de sincera emoción. Guarda tus lagrimas amor, cajitas de madera resguardaran sueños rotos y tu desazón.
Vamos que el sol todavía no se pone, somos jóvenes y las tiernas rimas siguen corriendo por los ríos de nuestra valerosa inocencia.

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