jueves, 12 de julio de 2012

En medio

La fina línea que debo cruzar, en la que no puedo descansar. Viviendo entre el pasado y el futuro no asegura que pare en el presente. La piel se desgarra, las heridas sangran. En un cortejo fúnebre descansan restos de los besos robados. Culpas de un asesinato a sangre fría, un suicidio impúdico hacía el corazón.
Mis dulces sueños se encuentran en un kilométrico lecho que no sabe de soledades, de llantos ni penas. El limbo que depende de mí falta de conciencia. Cuantas buenas acciones podrían alejarme del infierno por el cual tanto me tiento.  Tan real como el frío que me consume al despertar.  Un beso, una sonrisa y las ganas de no estar. Miel con menta tiñen dulces miradas.

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