domingo, 29 de abril de 2012

Vendedor de sueños

Un mundo mágico te vengo a vender, sueños de todos los tipos y colores, las criaturas más fantásticas y los momentos más anhelados. Algunos pueden durar segundos, otros días, dependiendo la necesidad te ofrezco cualquiera. Colores que inunden tus sentidos, melodías que hagan desfallecer de puro placer. Corazones rotos y vendas que reúnan los pedazos. Espejos que reflejan lo que tus ojos quieren decir, voces que hablan de la realidad. Imperios que caen, desastres y pesadillas aparte. Miedos, fobias y alucinaciones. Paredes que se derriten y el valor a enfrentarlas.
Voy a vender mi alma solo para que desees comprarla, no hay mejor postor que un noble corazón sincero listo para retener. Rodando entre fulgores de grandes infiernos, se funde mi esencia melancólica y febril. No podría soportar tanto hielo, pues mi cuerpo se congela y el fuego se apaga por dentro. Susurros apasionados que buscan encender bosques con una chispa, logran acalorar tu nueva adquisición. No es costosa, ni difícil de mantener. Una chispa, y todo vuelve a renacer.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El postor que desee tu alma retener, no es para nada el mejor; porque dicen que el fuego se debe controlar, aunque su naturaleza es la libertad. Tarde o temprano, se deja sola la llama mientras crece y quema, dejando inutil cualquier jaula mortal que intente detenerla. Las grandes llamas escupen humo e ira, y tardan años en sanarse las cicatrices en la tierra. Quien intente retener el fuego, se termina quemando; en cualquier caso es preferible que la persona acompañe la llama, en un ambiente que no haga daño. Aveces el vendedor no tiene idea de lo que vende. No puede obligar al fuego ir donde cree que debería. La inconciencia siempre presente está.
El fuego es el elemento salvaje, imparable, e inmortal; lleno de piedad y de odio, es una cálida companía, la cual elije con quien estar y la que nunca se debe de negar.