viernes, 6 de enero de 2012

Vagabundo

El gran cazador desenvaina su más poderosa arma, la palabra. Entre diálogos de ficción dice las palabras más sinceras que un hombre podría osar escuchar. Cuentos de cantores y salvajes relatan una época pasada que tanto me ayudo. Entre acordes sucios recuerdo las lecturas compartidas y la piel se me eriza.
Cuantos viajes pasaron hasta que su cabeza no pidió más. Entre las montañas reposa cual exiliado buscando un poco de paz. Amores perdidos y nuevamente encontrados cuentan como paso de cazar a ser cazado.
Mis respetos a tan magistral persona, a tan encantador ser. Ni un millón de letras podrían describir las vivencias acumuladas y raíces que lograron conformar lo que hoy es un vagabundo que se ha convertido en señor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La cara se sonroja y una vaga sonrisa se dibuja en la cara de un vagabundo.
Unas palabras que cuentan más de su historia se cruzan por sus ojos, aclarandolos hoy, remontandolos a un pasado. Un Pasado sucio y oscuro que predominó durante años, y que una herida siempre abierta dejó. La picadura de los remordimientos sigue bombeando veneno, al cual ya se acostumbró.
Un simple parpadeo y comprende que no es más como antes, y que un día tormentoso el pasado enterró. La lluvia lavó la suciedad y las brumas se desvanecieron; y hoy, un cazador resurge de la bruma. Las palabras de alguien en la luz del fondo lo hacen comprender que hoy, pasó de ser una presa, a ser el cazador; y un hombre un poco mejor.

Se lo agradezco.
atte. El Ex-Vagabundo