miércoles, 7 de septiembre de 2011

Horas

El encanto enceguecido por el contar de los minutos que ruedan por tu autopista de pasiones perdidas. Conducen a la mera desesperación empañada en finas gotas de aguanieve flagelando tu paciencia. Rogando a dios y todos sus arcángeles el cambio de estación te enredas en una carrera sin fin, como la historia de nunca acabar. Adyacente a tu dolor pasado registrado por el enemigo sin fin destacas la hora de partida para luego desaparecer entre la niebla de mi inconsciente. 

1 comentario:

ImJul dijo...

Interesante narración, muy bueno.
Saludos!