domingo, 19 de enero de 2014

Ida y vuelta

Dominar mi rebeldía con una mirada que me deshaga. Lograr sumirme completamente ante esa sutil imponencia. Que tu fuerza haga agachar mi cabeza, cuasi como salvaje animal ante el domador. Que cada respiro sea contado por tus latidos llenos de fuerza. 
Ser el combustible que hace contraer los músculos internos instantes antes de un grito, de tus gritos. Regalarme tus pasiones para grabar en mi piel cual ley. Ser el esclavo que pide reconocimiento ante el monumento pasajero del humo expirado por tu boca. Adentrarme en tus huesos paseando por tu lado interno con el afán reparar las fisuras que han dejado pasados eternos. 
Sin querer pero contando con un rastro mínimo de intención pedir que no sueltes la cadena que logra tenerme en constante adiestramiento para defender a fuego de la propia crueldad sedienta que vive en mi. 
Tanto solo pido que no temas de este lobo hostil, que tu pecho no se agite ante mi gruñido clamante de compasión.  

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