viernes, 1 de febrero de 2013

Ya no está

Lecho que cae y desarma blancuras inesperadas, avanza la luz servida en bandeja de plata. Es doloroso nena, es muy doloroso. Sin espaldas, poderosa se vuelve la magnitud del rayo que te atraviesa, perdóname. Una existencia decadente en las bajas notas,  en la habitación ya resuena tanta escarcha que una vez fue pasión.
Yo aquí y vos a mi, ceniceros ensangrentados que revuelven conciencias congeladas. Espero, muero y nada que decir. Yo, yo, yo, vos, nos, yo. Muero, desaparezco, duelo. Espero, duelo, muero, yo vos y nos.
El amanecer me destapo ¿Dónde está mi cabeza? Cáncer que brota entre las flores de la vereda y sin conciencia despido hacía la carretera.

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