Propongo que nos reunamos en la oscuridad, secreto y cálido. Huimos pero solo un rato, sin compromiso de decir la verdad. Te ocultas, no te voy buscar. Me queres hoy, mañana solo un rato de pasión. Te pago por un respiro más pero cuidado que este es mi último cigarro. Porque una nube lluviosa bajo mi cabeza persigue mis ideas de cartón, temo al resplandor y no quiero más calma. Te veo alrededor, no entiendo. Desvanece, que fácil el humo partiendo de filosos labios. Un beso, no es demasiado. Una despedida, es suficiente.
Pido permiso para pasar, siempre sin resaltar me envuelvo en un capullo de aroma. Está en mi memoria y se desangra como el primer día. Pisando el asfalto veo claro el cielo, extraño vivir sin humedad pero las estrellas guían el regreso. Mentirosas, juraron estar y hoy frente a una iglesia prometen un nunca jamás. Entre la multitud aguardo la mirada final donde el quiebre retumbe y gran eco. Temblores clásicos de la impotencia del anillo perdido, mi fuerte paso y la gran entrada triunfal. Final.
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